El gateo es una etapa crucial en el desarrollo de los bebés, generalmente entre los 6 y 10 meses de edad.
Aunque algunos padres pueden estar ansiosos por ver a sus pequeños caminar, es vital entender que el gateo no solo prepara al niño para caminar, sino que también desempeña un papel esencial en su desarrollo neurológico, motor y postural a largo plazo.
Desde el nacimiento, los bebés poseen reflejos primitivos que son fundamentales para su supervivencia y desarrollo inicial. Estos reflejos son movimientos automáticos que, con el tiempo, deben integrarse en el sistema nervioso y desaparecer para dar paso a movimientos más controlados y coordinados, como el gateo.
Algunos de los reflejos primitivos más importantes en relación con el desarrollo del gateo son:
La correcta integración de estos reflejos es fundamental para que el bebé pueda desarrollar un patrón de movimiento coordinado y funcional.
Si alguno de estos reflejos persiste más allá de los primeros meses de vida, puede interferir con el desarrollo del gateo, la postura y la coordinación, lo que subraya la importancia de monitorear y apoyar el desarrollo neurológico del bebé.
El gateo funcional sigue un patrón conocido como "cross crawl" o gateo cruzado, en el que el bebé mueve simultáneamente su mano derecha con la pierna izquierda y viceversa. Este patrón es esencial porque conecta ambos hemisferios del cerebro, fortaleciendo la comunicación interhemisférica a través del cuerpo calloso.
Esto no solo mejora la coordinación motora, sino que también tiene un impacto positivo en el desarrollo cognitivo, incluyendo la memoria, la atención y la capacidad para realizar tareas complejas.
Además, el gateo es fundamental para el desarrollo de la musculatura del core profundo, que incluye los músculos abdominales y de la espalda baja. Estos músculos son responsables de mantener la estabilidad y el equilibrio del cuerpo.
Un core fuerte es la base para una buena postura y la prevención de dolores de espalda a lo largo de la vida.
La quiropráctica puede desempeñar un papel fundamental en apoyar el desarrollo neurológico y motor de los bebés, incluyendo la etapa del gateo. Los quiroprácticos especializados en pediatría están capacitados para evaluar el sistema nervioso del bebé, detectando posibles interferencias que puedan afectar el desarrollo normal de reflejos primitivos y patrones de movimiento.
Evaluación neurológica y reflejos primitivos:
Un quiropráctico pediátrico realiza una evaluación neurológica exhaustiva, que incluye la revisión de los reflejos primitivos del bebé. Esto es importante porque cualquier persistencia o falta de integración de estos reflejos puede interferir con el desarrollo del gateo.
Por ejemplo, un reflejo de Galant no integrado podría impedir que el bebé desarrolle una postura adecuada durante el gateo, afectando la coordinación y la simetría de sus movimientos.
Ajuste quiropráctico:
Si se detectan interferencias en el sistema nervioso, como quiroprácticos podemos realizar ajustes suaves y específicos para corregirlas. Estos ajustes están diseñados para mejorar la función del sistema nervioso, permitiendo que el cuerpo del bebé funcione de manera más eficiente.
Al restaurar la comunicación adecuada entre el cerebro y el cuerpo, los ajustes quiroprácticos pueden ayudar a que el bebé desarrolle un patrón de gateo funcional y saludable.
La quiropráctica no solo apoya el desarrollo motor, sino que también puede prevenir futuros problemas posturales y de coordinación que podrían surgir si el gateo no se desarrolla correctamente. Además, al optimizar la función neurológica, la quiropráctica puede contribuir al bienestar general del bebé, favoreciendo un crecimiento y desarrollo integral.
Existen diversas maneras de gateo que no son funcionales y que pueden indicar problemas en el desarrollo neurológico o motor del bebé:
Estas formas de gateo no funcionales pueden tener repercusiones a largo plazo si no se corrigen a tiempo.
Además de los problemas en el equilibrio, coordinación y habilidades motoras, la falta de un adecuado desarrollo del core profundo durante el gateo puede llevar a una postura deficiente y dolores de espalda crónicos en la vida adulta.
La falta de un adecuado desarrollo del patrón cross crawl y del core profundo durante el gateo puede tener implicaciones significativas en la vida adulta. Las personas que no desarrollan bien este patrón pueden presentar dificultades en tareas que requieren coordinación motora y cognitiva, como la conducción o el deporte. Además, pueden desarrollar problemas posturales, lo que aumenta el riesgo de dolores de espalda y lesiones musculares.
La deficiencia en el desarrollo del core profundo se traduce en una falta de soporte para la columna vertebral, lo que puede provocar dolores de espalda crónicos y una mala postura.
Estos problemas pueden afectar la calidad de vida, limitando la movilidad y la capacidad para realizar actividades físicas con comodidad.
El gateo es mucho más que un simple hito en el desarrollo motor de los bebés; es un proceso crucial para el desarrollo neurológico, cognitivo, motor y postural.
Un correcto patrón de gateo cruzado fortalece la conexión entre los hemisferios cerebrales, integra reflejos primitivos y desarrolla la musculatura del core profundo, sentando las bases para una postura correcta y la prevención de dolores de espalda en la vida adulta.
La quiropráctica juega un papel esencial en este proceso, al evaluar y ajustar el sistema nervioso del bebé para garantizar que pueda desarrollar un patrón de gateo funcional y saludable.
Detectar y corregir a tiempo las formas de gateo no funcionales, con el apoyo de la quiropráctica, es clave para asegurar un desarrollo integral y saludable.
Proporcionar al bebé un entorno que permita y estimule el gateo, junto con un seguimiento quiropráctico adecuado, es fundamental para su bienestar futuro, favoreciendo no solo su desarrollo motor, sino también su éxito en la vida adulta.